Friday, October 22, 2010

Cuento breve y con habano


Por unos malestares de gripe Javier regresó temprano a casa un viernes por la tarde. Al entrar al pequeño apartamento escuchó el ruido de la ducha y la voz de Alicia cantando la única canción que acompañaba al agua y al jabón en sus momentos de alegría. Abrió la ventana para evadir el aroma artificial del ambientador que aún flotaba en el espacio confinado de la sala y así tomar un poco de aire fresco que le aliviara la congestión nasal; y en la maceta del balcón, de la colilla de un habano de gruesa vitola aún brotaba un hilo de humo y una pizca de incandescencia se avivaba con la brisa.

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