Friday, October 22, 2010

Cuento breve y con habano


Por unos malestares de gripe Javier regresó temprano a casa un viernes por la tarde. Al entrar al pequeño apartamento escuchó el ruido de la ducha y la voz de Alicia cantando la única canción que acompañaba al agua y al jabón en sus momentos de alegría. Abrió la ventana para evadir el aroma artificial del ambientador que aún flotaba en el espacio confinado de la sala y así tomar un poco de aire fresco que le aliviara la congestión nasal; y en la maceta del balcón, de la colilla de un habano de gruesa vitola aún brotaba un hilo de humo y una pizca de incandescencia se avivaba con la brisa.

Thursday, October 14, 2010

Vigilia



Ronie Von Rosa Martins, es profesor de Portugués e Inglés en Pedro Osorio, Rio Grande del Sur, Brasil. Post graduado en Literatura Contemporánea Brasilera y especialista en Lenguajes Verbales Visuales y sus Tecnologías. Maneja sus cuentos con ese nuevo lenguaje de la literatura brasilera que mezcla poesía, narración y elementos sicológicos. Recientemente colocó dos de sus relatos en portugués en la página venezolana Panfletonegro. Le solicité su autorización para subir a mi blog la traducción que hice de unos de ellos. Y aquí lo tienen.

Obrigado Ronie!

Vigilia

El cigarro ya comenzaba a calentar sus dedos. Le hubiese gustado incendiarse y de una vez por todas acabar con aquello. Esperar. Observar. Comprobar. Ya estaba cansado. Su vida no era más que pedazos de tantas vidas que observaba. Siempre al acecho. Escudriñando la vida ajena. Los detalles, la sordidez, las pequeñas alegrías, los dolores. La traición. Todos traicionaban. De una manera u otra la raza humana era traidora. Y le pagaban para que él observara y contara. Relatar los hechos.

Noche. Sentado al volante del carro lanzó la colilla del cigarro por la ventana. El pequeño bólido incandescente trazó una curva en el aire y murió en el suelo escupiendo algunas chispas del antiguo brillo. Muerte.

Todos querían saber. Interiormente ya lo sabían. Todos los que lo contrataban lo sabían. Pero necesitaban pruebas “¡Tráigame la verdad!”  Entonces él salía por las noches. Olfateando las fallas humanas, los deslices, las flaquezas.

Llenó el vaso del termo de café. Bebió un largo trago. Muy dulce. Pero le gustaba. Le gustaban las cosas dulces…

Entre la oscuridad y el silencio de la calle, un perro se aproximó y orinó la rueda del carro. Él sonrió. Le gustaría ser un perro y orinarse encima de alguien. Mostrar que ni siquiera estaba allí. Rechazar un trabajo. .mear sobre el pie de un idiota cualquiera.

De golpe volvió su atención hacia la casa. Movimiento. Lentamente se abrió la puerta, una sombra masculina parecía besar un bulto que no salía hasta la puerta. Sn encender las luces alcanzó la calle. Manos en los bolsillos, cabeza baja.

Si, era él. Ya tenía suficientes fotos y grabaciones para comprobarlo. La mujer estaba “frita”.  

El marido en viajes de negocio y ella allí, disfrutando de la vida con el abogado de la familia. Intentó sentir alguna cosa con relación a los hechos. Nada. Rabia: un hombre trabajando y la vagabunda haciendo aquello…Nada. No conseguía sentir nada. El marido podía ser un crápula, golpear a la mujer, y esos escapes eran la única forma de ella “vivir” … Nada. No conseguía involucrarse más. La vida de los otros comenzaba a acabarse para él. Ya no había ningún placer.

Estaba muriendo. Si vivía entre los pequeños estratos de los otros, entonces ahora estaba muerto.

Guardó la foto de la mujer dentro de un sobre. Mujer bonita, unos treinta y siete años, ojos tristes y boca sensual. Recordó el rostro del marido.  Hombre serio y arrogante. Acostumbrado a mandar. Cejas espesas y sonrisa irónica. Guardó la foto del abogado. Chico joven y alegre, una mirada que denotaba algo de presuntuoso… Levantó el rostro hacia el espejo del carro. Se miró. Nada.

Al otro día el marido recibió un extraño sobre. Un olor extraño venía de adentro. Abrió el sobre enojado y sofocado por el olor. Sacó del interior algunas fotos y documentos variados, todos manchados y mojados. Nada podía leerse o verse. ¿Pero qué es esto? Pensó. Agarró el teléfono. Discó el número que se sabía de memoria “¿Pero qué es esto?” “Nada.” Fue la respuesta al otro lado de la línea. “Me estoy yendo” “Hijo de P…” El olor a peste inundaba la sala. ”¿Qué olor tan horrible es éste?”  “Meado.”

ronie von rosa martins

Monday, October 11, 2010

Estampita mexicana con llorona


Por una de las calles laterales a la Plaza de San Jacinto de Ciudad de México, como parte de esa fauna de turistas que se desplazan a diario por las calles del D.F. Intentando congelar inútilmente los recuerdos con una cámara digital, entre el murmullo de la gente y la música proveniente de los restaurantes, escuché un leve quejido. Un breve sonido como oleaje que venía y callaba. Por la acera del frente, detrás de los autos estacionados,  pasaba una señora bien entrada en años, con dos trenzas tejidas en su pelo encanecido y largo que le bajaban por la espalda. Escuché su llanto con mayor claridad a medida que se acercaba. Caminaba sola. Sus lamentos venían de una profundidad y un desgarramiento que sólo conoce el alma. Aún vestía de colores, como si el acontecimiento estuviese todavía latiendo en sus oídos. Había mucha gente al otro lado de la calle, pero nadie mas se percataba. Busqué hacia los lados para ver si alguien la seguía a la distancia y pude ver a la imagen de la muerte, vestida de traje naranja, adornada con flores de colores y sombrero, que mostraba su eterna sonrisa tras una ventana. Volví el rostro hacia el frente y ya la anciana había desaparecido entre una multitud cada vez más insensible al dolor ajeno. Al día siguiente me enteré que había muerto Roberto Cantoral, célebre compositor de algunos de los boleros más hermosos que jamás haya escuchado como El Reloj o La Barca. Aún espero que el dolor de la anciana haya sido por uno de esos recuerdos románticos que la música siempre acompaña y no por esos terribles aconteceres que a diario nos acosan.

Friday, October 8, 2010

Y si el tiempo

Y si el tiempo pasa y las trayectorias de nuestros caminos no se interceptan
Y si el tiempo pasa y las estrellas desaparecen
Y después de la noche aparece otra noche

Y si el tiempo pasa
Y nuestros  ojos se despiertan en la oscuridad y no hay un interruptor en la pared
Y nuestras manos no encuentran la ventana ni la puerta

Y si el tiempo pasa y el río de sus horas crece y se lleva hasta los recuerdos
Y nos deja en la intemperie
Desnudos
Temblorosos

Y si el tiempo pasa y las piedras se desgranan
Y el viento se las lleva y vuelven a ser polvo que viaja en una galaxia remota
Que alguien mira colapsar desde el otro lado del universo.

Thursday, October 7, 2010

Vargas Llosa y el Nobel

Mario Vargas Llosa es un novelista impecable. Aunque no haya leído todos sus libros puedo decir por los que sí he tenido el placer de haber leído que maneja las técnicas de la novela de manera magistral. La primera novela de su autoría que leí en mi época universitaria fue Pantaleón y las visitadoras. La historia de un militar y sus vicisitudes para poner a funcionar un servicio peculiar y clandestino de prostitutas en el lado amazónico del Perú posee un tratamiento humorístico y una secuencia dramática bien atractiva para la lectura y la relectura. Luego leí La Guerra del fin del mundo y a pesar de lo voluminoso de la historia de Antonio Conselheiro lo releí con la misma voracidad que la primera vez. Tiempo después leí ¿Quién mató a Palomino Molero? y El Hablador. Aún no he leído La fiesta del chivo y hace poco tiempo comencé a leer Travesuras de una niña mala y me quedé a mitad de camino en la lectura. El premio es bastante merecido para una ardua trayectoria de trabajo literario. Como intelectual Vargas Llosa siempre ha tenido agudas opiniones   que le hicieron distanciarse de antiguos amigos como García Márquez. Observando la actual situación de cambios en Cuba parece que el peruano ha tenido más certeza en sus críticas hacia los dictadores de derecha e izquierda. Una buena anécdota seguirá siendo por muchos años cuando en su última visita a Venezuela Chávez lo invitó a debatir de política y cuando el escritor aceptó el reto el caudillo arrugó excusándose con el pobre argumento de que no era ningún mandatario. Ya sabemos que al presidente venezolano le gusta debatir sólo de la manera como lo hizo con la periodista Andreina Flores luego de las elecciones de parlamentarios. Celebremos pues, con un pizco sour, este nuevo Nobel para la lengua castellana y para Latinoamérica.

Wednesday, October 6, 2010

El primero siempre es rápido.

Ok, vamos a ver cómo sale esto. Tenía tiempo intentando abrir un Blog pero siempre había una excusa para no hacerlo. Esta vez lo que intentaba era publicar una página web de un pequeño negocio que arrancó hace poco la familia y tropecé con la fábrica de blogs y me dije ¿por qué no? Era más cómodo enviar los artículos a otras páginas y que los demás se encargaran de los detalles. Pero bueno, siempre hay una primera vez para todo y aquí estamos, intentando salvar la honra aunque, como lo dice el título, este texto va a ser uno rapidito. Ya buscaré más tiempo para ir subiendo otras cosas a la red.